"Lo mejor para una mujer es escucharla"


De vez en cuando me veo en el gusto de acudir a métodos creativos para escribir. En este cuento (antes de saber que sería cuento) decidí elegir al azar, seis recortes con palabras escritas. 

Fueron las siguientes:

  • Hable
  • Tambos
  • Océanos
  • Especial de lingüística
  • Gratis
  • Concesionario.

Como resultado obtuve un cuento, el cual quise voluntariamente hacer irónico, con el fin pues, de hacer una crítica al micromachismo, ese que es como un resto de comida entre los dientes masculinos; restos que todos podemos llegar a ver, a diferencia del que los presume, con su gran sonrisa desgraciada por un descuido que se cree insignificante. Nos reflejamos en el silencio de un sociedad avergonzada que no se atreves a decir: “tienes machismo ahí atorado entre los dientes”.

 

 

“LO MEJOR PARA UNA MUJER ES ESCUHARLA”

– Público que nos ve y nos escucha...lo mejor para una mujer es escucharla, yo les digo esto de buena fe, ¡Se los digo siempre!

– Hable señora, que quiero escucharla, pues ya estoy cansado de verla cargar esos tambos con agua y jabón, de ver cómo le dan de tambos y como no la dejan opinar. Hable, hable, la escucho; tengo mucho tiempo, páseme uno de esos tambos y tome uno usted, sentémonos en ellos y cuénteme sus sueños. Présteme sus manos, para besarlas y verlas bailar en la pista del aire, mientras habla y se expresa. Hable y desparrame los océanos que ahogan su garganta, sáquelos y mátenos a todos, hable y si al principio es difícil, yo le ayudo, podemos empezar poco a poco, ver un especial de lingüística, si lo cree necesario, pero hable, que hablar es gratis, aunque le hayan hecho creer lo contrario; yo le otorgo un concesionario y no por su belleza, sino para que hable, para que sueñe y me lo cuente. Estoy cansando de solo escuchar a los hombres, para eso me tengo, para eso me escucho, hable señora, que de vez en cuando extraño los cuentos de la voz de mi madre, hable y yo la escucho.

¿Ya hemos dejado de trasmitir? ¡Perfecto!. Tanto hablar me ha dado sed… 

                                                                                                                                     -Bertha

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